Ignoro en qué década se olvidaron de las medidas de Venus y comenzaron a estar cada vez más huesudas muchas mujeres. Imagino que es una especie de fobia por el sobrepeso y que es simplemente un transtorno mental, pero la cinta métrica no miente. Para mí que fue culpa de la moda y las mujeres altas extranjeras que daban la impresión de ser delgadas allá por los noventas. Si una mujer siente flácidos sus músculos es porque no los ejercita, y quizá le dé la sensación de tener sobrepeso. No lo sé, ese mundo es completamente desconocido. Lo único que sé es que ignoran que una mujer así es fea para un hombre. De lo que uno puede encontrar por la red es que las mujeres no siempre fueron así.
Descubre lo que otros oyeron mientras te perdías esas tardes de toquines y de amores imposibles.
jueves, 20 de octubre de 2011
viernes, 7 de octubre de 2011
Never can say goodbye!
Jackson 5 - Never Can Say Goodbye
Así que estoy en el metro rumbo a casa. Veo los zapatos del de enfrente y me doy cuenta de que están más nuevos y limpios que los míos, que de tanto andar ya saludan y hasta dicen adiós. De pronto, entre mis ojos y los zapatos de charol del abogado aparece una monita casi en calzones enseñando sus piernas peludas, y aunque me dé igual (ya dirán otros que sí) pasan frente a mí. El novio de la persona en cuestión parece no importarle, y se sientan inmediatamente a mi lado. La monita, horrorizada porque hay como tres o cuatro hombres a su alrededor, como puede se tapa con un suéter mientras yo, volteando a otro lado, le quito el gusto de hacerse la buena del vagón. -¡Chale!- pienso yo -¡che vieja!-, para mí que es un jueguito de algunas mujeres querer andar enseñando los calzones y a la vez andar con una cierta mojigatería muy desagradable. Imagino que no tenía ropa limpia en casa, pero en esos casos creo que siempre es preferible ver qué se va a poner uno al salir a la calle. Y... bueno, sigo escuchando "Never can say goodbye", la versión original de los Jackson 5, y si algún día los escucho en Universal, sabré que algo está pasando.
Así que estoy en el metro rumbo a casa. Veo los zapatos del de enfrente y me doy cuenta de que están más nuevos y limpios que los míos, que de tanto andar ya saludan y hasta dicen adiós. De pronto, entre mis ojos y los zapatos de charol del abogado aparece una monita casi en calzones enseñando sus piernas peludas, y aunque me dé igual (ya dirán otros que sí) pasan frente a mí. El novio de la persona en cuestión parece no importarle, y se sientan inmediatamente a mi lado. La monita, horrorizada porque hay como tres o cuatro hombres a su alrededor, como puede se tapa con un suéter mientras yo, volteando a otro lado, le quito el gusto de hacerse la buena del vagón. -¡Chale!- pienso yo -¡che vieja!-, para mí que es un jueguito de algunas mujeres querer andar enseñando los calzones y a la vez andar con una cierta mojigatería muy desagradable. Imagino que no tenía ropa limpia en casa, pero en esos casos creo que siempre es preferible ver qué se va a poner uno al salir a la calle. Y... bueno, sigo escuchando "Never can say goodbye", la versión original de los Jackson 5, y si algún día los escucho en Universal, sabré que algo está pasando.
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