Descubre lo que otros oyeron mientras te perdías esas tardes de toquines y de amores imposibles.
viernes, 30 de septiembre de 2011
Walkman nuevo!
Llegué a la casa como todas las tardes y no se escuchaba mas que ruido del refrigerador y la telenovela de la tarde. Luego, cuando me quité el uniforme me puse un pants y me marché corriendo a comprar un tocacintas Sony. Caminé hasta llegar a Plaza Jardines a la tienda de aparatos electrónicos y llegué a comprar mi nuevo walkman, no era muy ostentoso, costaba noventa pesos y solamente tenía la función de reproducir casetes, pero eso me bastaba, carecía de la función megabass que caracteriza a esta marca, tampoco tenía el Dolby ni eran autorreversibles, ni tenía radio, pero eran lo suficiente para escuchar el nuevo casete de los Beatles que había comprado: el Magical Mistery Tour. La caja era de colección pero se estropeaba fácilmente. Así que al salir de la tienda me marché a casa. Luego me subí a la azotea y desde allí estuve escuchando todo el álbum. Entonces estudiaba en la secundaria, y vivía en casa de mis padres. Uno nunca sabe qué será de su futuro, por eso es mejor planearlo y actuar como si de veras fuera a ocurrir como uno lo imagina. Los bienes son perecederos, y de aquél tocacintas queda nada más una anécdota, porque luego me compré otro con más funciones, aunque a este le tuve un cariño especial, quizá porque fue el primero que pude comprar con mis ahorros. Luego terminó como amplificador de un tocadiscos que compré. Pero, ¡Ah!, cómo me divertí con este aparato!
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